jueves, 15 de noviembre de 2012

de los gañanes


"siento tanta compasión, tanto amor hacia los otros que con razón acaban éstos observándome con recelo"
J. G. Cívico, aforismos en word, poemas con autorreverse, 2012



No hay nada que lleve peor que la sensación de haber causado daño a alguien. Me despierto sudando, asustado, cruzadas las piernas, atormentados los tobillos, los pies agarrotados, las legañas temblando. Me despierto en midad de la noche y ya no puedo conciliar el sueño. Tengo en mi pequeña mesita junto a la cama muy a mano los ensayos de Montaigne, los pensamientos de Pascal, "Hamlet", reproducciones de cuadros de dos de mis pintoras prefreridas Leonora Carrington y Remedios Varo, mis novelas: "Rojo y negro, "Los demonios", "El castillo", "Ulises", "Bajo el volcán", los cuentos de Felisberto Hernández, la "Traumnovelle" de Arthur Schnitzler, relatos de Borges, las ediciones en Alianza de los mitos de H. P. Lovecraft, la Constitución Española de 1978, los tengo ahí, en forma de torre que mañana se desploma, amontonados, superponiéndoles posos de café y hormigas dentro, los tengo a mano para poder conciliar el sueño luego de ese tipo de sofoco: no hay nada más cómodo que los lugares comunes y tampoco son ésas horas de llamar.


Leonora Carrington (Lancashire 1917, Ciudad de México 2011)
Anoche me desperté haciendo el gesto raro de vivir, con el corazón martilleándome el pecho que es lo que me pasa cuando llega al corazón el temor de haberle causado daño a alguien: temía que alguien se hubiera sentido ofendido porque en un post había utilizado yo despectivamente la palabra "gañán". En lugar de dormirme con Stendhal o con la articulación de la vivienda como derecho fundamental, me puse a ensayar mentalmente sobre la gañanería. Ordenar, de alguna forma, mis pensamientos, pensamientos sueltos, sueltos pensamientos sobre lo que a veces entre dientes, las manos en los bolsillos, la mirada en los zapatos, mascullo como "mundo gañán".

"Banqueros en acción" Remedios Varo anticipándose

Yo utilizo mucho esa palabra, la palabra "gañán". Lo hago con ánimo hegeliano. Por supuesto sé que Hegel no escribió sobre la gañanería pero de alguna forma creo que es esa una cuestión puramente accidental o sólo relacionada con la finitud de la existencia, no con el idealismo y estoy seguro de que el filósofo que se atrevió a contar la vida del espíritu lamentaba no haberlo hecho. No haber escrito sobre lo gañán. Precisamente es porque entiendo la superación de la gañanería como una cuestión dialéctica que describo como gañanes o mejor como gañanas destinadas a ser rebatidas y luego superadas las apologías de la servidumbre natural, de la esclavitud, la sociedad estamental, el uso de la expresión "quiero hablarte de un tema", las fotos de familia del G20, el machismo, la curva de Bell, el lenguaje del odio frente a las minorías, el endurecimiento cíclico del código penal, gandía shore, la expresión "avalancha de pateras", "el iva de los chuches" o "el fútbol es así". La gañanería es una categoría moral pero también estética. Pero basta ya. Queda claro que no es porque sean útiles ni porque las crea valiosas sino que es para poder dormir mejor esta noche y sólo porque quiero dormir mejor esta noche y no pasarme la noche en vela que en lo que sigue compartiré aquí una serie de precisiones sonámbulas sobre la gañanería (PPG) y algunas máximas sobre lo que considero el mundo gañán (MG), sobre qué significa ser gañán en relación con la norma (GN) o más pedentamente qué significa ser gañán en relación con el fenómeno jurídico (GFJ).

(PPG) Ser gañán no es ser de pueblo: la ciudad es, precisamente, el habitat, el territorio natural del gañán.
(PPG) Haber viajado e incluso haber viajado mucho no impide ser un gañán.
(GJF) El abogado que utliliza un lenguaje demasiado técnico y rebuscado para epatar a su cliente es un gañán.
(GN) No saber disculparse o pedir perdón es ser un gañán.
(GFJ) El juez que dicta una sentencia excesiva y dice "no podía hacer otra cosa" es un gañán (el derecho es dúctil, interpretable y discursivo).
(GN) El que ostenta un coche de 30.000€ pero luego no se gasta 2€ en aparcarlo en un garaje, sino más bien resulta que no se gasta nada y decide subirlo sobre una acera o dejarlo en doble fila es un gañán.
(GN) El que trata a las mujeres con diminutivos pero a los señores de don es un gañán.
(GN) El hombre "pequeño" (el que es fuerte con el débil y débil con el fuerte) es un gañán.
(GN) El gañán hace comentarios sobre los camareros (extranjeros emigrantes o con más precisión nacionales de terceros países) especialmente sudamericanos acerca de su desconocimiento de expresiones patrias (qué es una caña, qué un carajillo, qué un café del tiempo) pero si va a Mallorca manifiesta admiración al camarero alemán al que suele darle conversación sobre el modo superior de ser alemán.
(GN) El que conduce rápido o una velocidad que crea inseguridad, inquietud o malestar cerca de un colegio donde corretean los niños (los niños son seres vivos que se mueven de forma rápida, inesperada y a menudo en zig zag) es un gañán.
(GN) Es gañán quien habla mal de un pueblo entero y generaliza.
(GN) El que no ve la crueldad cuando sucede cerca es un gañán.
(GN) El que ve la crueldad pero no hace nada para evitarla es un gañán.
(GN) El que pasa delante de alguien que sufre y no desacelera su forma de andar y se detiene es un gañán.
(GN) El que dice "la culpa de la crisis es de todos" es tonto pero además es un gañán.
(PPG) Escribir "Los cachorros" o "La ciudad y los perros" es algo muy meritorio. Fotografiarse orgulloso con un señor que ayudó a promover el bombardeo sobre hombres, mujeres, ancianos y niños en Irak es ser un gañán.
(GN) Decir como Merkel "hay que corregir el fracaso de la multiculturalidad en Alemania" es ser una gañana.
(GN) Endurecer el discurso sobre inmigración y extranjería para ganar cuatro votos es mezquino pero además es gañán.
(PPG) El que alaba a un gañán es un gañán.
(GN) Utilizar sin vergüenza, sin sonrojo o sin ironía la expresión "la marca españa" es ser un gañán.
(GN) Mear en la calle es ser un gañán a no ser que se vaya borracho.
(GN) Dejar la mierda del perro en la calle es ser un gañán a no ser que la acabe el perro de hacer
(GN) Decir "la culpa de todo la tiene zapatero" no es de ser un gañán: resulta de haber visto mucho "Intereconomía".
(GFJ) En la gañanería hay también "casos difíciles".
(GJF) Sobre la gañanería hay casos difíciles pero enterrar las colillas en la playa es siempre propio de un gañán.
(GFJ) Hablar "ex catedra" con la pareja de uno es ser un gañán.
(GN) Utilizar el adjetivo "intelectual" de forma despectiva es ser un gañán.
(GN) Utilizar el adjetivo "intelectual" para referirse a uno mismo es ser muy gañán.
(GJF) Escupir o reirse de un mendigo no es ser un gañán es ser un hijo de puta.
(GN) Acelerar cuando se ve a un peatón despistado no es una acción paternalista es ser un gañán (quizás también un psicópata)
(GN) Haber estado perdidamente enamorado de alguien que no le correspondió a uno y luego decir "en realidad nunca la quise" es ser un gañán.
(PPG) Si se habla del gañán es para hablando del gañán, hablar de uno mismo, es decir, mejorarse a uno mismo hablando del gañán.
(PPG) Todos llevamos dentro a un gañán. Es por ello que hay que vigilarse.
(PPG) Variante del punto anterior: Vigilemos al gañán que llevamos dentro pues siempre hay un gañán que no nos deja burlarnos de nosotros mismos: el gañan interior (the gañan inside).

"Como en un espejo", Ingmar Bergman, 1961